Agustín Rivas Vásquez, nacido en 1931, en el pueblo de Tamshiyacu, junto al río Amazonas en Perú, conocido chamán, musico y escultor, sus obras ganaron reconocimiento en exposiciones nacionales e internacionales debido a valores ricos presentes en sus trabajos, el escultor es reconocido por sus tallados en madera y raíces de renaco que representan a personajes míticos y étnicos de la flora y fauna silvestre, destaca la cama tallada en aleta de “Huanganacasha” (madera dura), donde se aprecia a la familia del escultor tallada en alto relieve, por desgracia, la falta de conciencia colectiva y política nos condujo a la pérdida de buena parte de nuestra identidad, este museo ubicado en la casa del escultor amazónico Agustín Rivas Vásquez expone sus variadas piezas que cuentan parte de la historia de la selva peruana.
El museo está conformado por varios ambientes y es en cada uno donde se puede ver una exhibición variada de hallazgos de la región en muestra para la población, lo cual da un ambiente cercano a nuestra selva , tiene una edificación pequeña, ya que se encuentra dividido por pisos y varias habitaciones distribuidas a lo largo del muro que circunda el punto principal, dentro de sus obras más destacadas figura el Cristo del Petróleo, actualmente conservado en el Vaticano (Roma).
La creación del Museo "Agustin Rivas Vásquez" en la ciudad de Pucallpa tuvo un objetivo múltiple y entre ellos resalta la necesidad de conservar y exhibir la mayor cantidad de piezas representativas del pasado aborigen del Oriente peruano, a fin de contrarrestar en parte, con la depredación de recursos para satisfacer las ansias de los avances del desarrollo, muchos de ellos significativos de nuestra historia, de nuestra cultura y de nuestro espíritu.
Es triste ponerse a pensar que a pesar de tener un gran valor histórico con huellas de nuestra cultura, este Museo siempre esta cerrado ya que por la falta de atención, difusión y visitantes, este importante lugar a pesar de estar dentro del circuito turístico, no cuenta con el foco de atención de los ciudadanos ya que el predio y las piezas ahí exhibidas solo guardan recuerdos de un talento que poco a poco será olvidado , obligando de este modo a mantener sus puertas cerradas.
Pensemos un poco mas en nuestra cultura y en el legado que deseamos dejar a nuestros hijos.
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